Mis caprichos de nena de diez años gritan qe te qieren acá y mi parte más madura y adulta dice qe lo mejor es qe no vengas. Soy una adicta no reconocida. Si vinieses a mí, con tus encantos, con tu cuerpo sobrellevándolos son pudor ni resistencia no podría evitar quererte como quien quiere a una droga. 

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